jueves, octubre 13, 2005

La sombra

Es una soleada mañana de octubre y recorro la playa a buen paso. Mientras camino voy pensando en esto y en lo otro.

Hago el primer trayecto en dirección a las dunas y mi sombra me acompaña a mi derecha, surge de mí, no se despega, oscura, negra y burlona. Llego a las dunas tras media hora de marcha y voy media vuelta, Mi sombra pasa a mi izquierda y me dispongo a desandar el camino.

Pasados unos minutos observo que la sombra empequeñece, mengua, se abate y me quedo extrañado, aminoro el paso y la sombra recobra su aspecto normal. Prosigo el camino y sin proponérmelo van surgiendo nuevos temas en la mollera, que si esto, que si lo otro, etc.

Pasan otros diez minutos y la sombra está alborotada, culebrea, se mueve, baila. Empiezo a estar un poco mosca, y algo confundido. Casi me detengo y mi sombra dejar de contorsionarse.Ahora que estoy en casa, sé lo que pensaba cuando me paré por primera vez. También sé lo que pensaba, en quien pensaba, cuando mi sombra saltaba, botaba, se contorsionaba.

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