miércoles, octubre 12, 2005

El no fumador

Estaban los dos en la misma sala, solos, charlando, leyendo. Ella fuma y deja un cigarrillo recién empezado en el cenicero. Se levanta y se dirige al aseo. Tiene intención de volver pronto y no lo apaga. Ha quedado un poco de rojo en el filtro. El humo lento y caprichoso se eleva hacia el techo. Mario se queda solo.Mira fijamente el pitillo, se levanta, lo coge, aspira y tose un poco; siente algo raro y de nuevo da otra calada. No se traga el humo y ya son varias las veces que el cigarrillo ha enrojecido, ha menguado.Realiza el gesto de dejar la ceniza en el cenicero, ríe y se sorprende de lo que está haciendo. Piensa que si le sorprenden se va a armar porque no es fumador y además es el profesor en prácticas de educación física; actúa rápido porque quiere volver al sillón que ocupaba hace uno o dos minutos.Vuelve a dejar el cigarrillo en su sitio, ve que es evidente la merma que se ha producido y que lo normal es que ella se dé cuenta. Nota que se sonroja pensando que puede ser interpelado y nosabe que dirá.Se abre la puerta de la estancia y un sabor a beso robado recorre la sonrisa y los labios del no fumador.

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